Época de vacaciones y ahora que la pandemia permite una relativa relajación, nos apetece salir y coger el coche.
El aumento de la utilización del vehículo privado por la situación que estamos viviendo, en nuestros desplazamientos cotidianos e incluso en viajes que hasta ahora realizaban también en otros medios de transporte, hace que éstos, sean más largos y que las paradas para descansar durante el viaje, se reduzcan.
Con todo esto, tenemos que tener cuidado cuando realizamos un viaje, si lo que queremos es un desplazamiento seguro.
¿Qué pasa si no realizamos las paradas de descanso recomendadas?
La fatiga es la causa principal de siniestralidad mortal en las carreteras, tanto en cuanto a cuando estamos ya en la carretera como si no hemos descansado bien previamente. También influyen negativamente los atascos, la climatología, la deshidratación o los kilómetros recorridos.
Cuando sentimos picor de ojos, visión borrosa, parpadeo constante o necesidad de moverse en el asiento, es importante realizar una parada de descanso, puesto que tenemos que recordar que la fatiga afecta directamente a nuestra capacidad de conducir.
¿Qué pasa si conducimos cansados?
Por culpa de la fatiga, calculamos la distancia y la velocidad de manera errónea y nuestro tiempo de reacción aumenta significativamente. De hecho, a partir de las dos horas de conducción, nuestra capacidad de reacción ante un imprevisto es el dos veces más lento.
El aumento del transporte privado, la reducción del uso del coche compartido produce un incremento de la circulación a las carreteras que seguro será más importante cuando la situación sanitaria se normalice.
Si quieres viajar seguro, reduce las horas de conducción y descansa a menudo durante el trayecto.
Goncal Formació
Cornellà Llob., 20 de julio de 2021